El sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado (SIBO) puede ser una de las principales causas de molestias digestivas como hinchazón, diarrea o estreñimiento. Un diagnóstico adecuado es clave para tratar esta condición de manera efectiva. En este artículo te explicamos qué pruebas existen para diagnosticar el SIBO y cómo un nutricionista puede marcar la diferencia en el proceso de recuperación.
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Índice de contenidos
¿Qué es el SIBO y por qué es importante diagnosticarlo correctamente?
El SIBO ocurre cuando hay un exceso de bacterias en el intestino delgado. Estas bacterias, que normalmente habitan en el colon, se trasladan y generan gases que afectan la digestión. Las causas pueden incluir alteraciones en la motilidad intestinal, el uso de antibióticos o problemas estructurales en el tracto digestivo.
¿Existe un tratamiento para el SIBO?
Según el tipo de bacterias colonizadoras, suele ser necesario un tratamiento antibiótico, pero no hay mejor tratamiento que el nutricional guiado por el nutricionista.
Paralelamente al inicio de tratamiento farmacológico es conveniente adaptar la alimentación. Para ello lo conveniente es que te pongas en manos de un dietista-nutricionista entendido en disbiosis.
Importancia de un diagnóstico preciso
Un diagnóstico erróneo puede llevar a tratamientos inadecuados, perpetuando los síntomas y dificultando la recuperación. Por ello, identificar correctamente el tipo de SIBO (hidrógeno, metano o sulfuro de hidrógeno) es fundamental para aplicar el tratamiento adecuado.
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Principales pruebas para diagnosticar el SIBO
Prueba del aliento para SIBO: cómo funciona
La prueba del aliento es la herramienta más utilizada. Consiste en ingerir una solución de lactulosa o glucosa, midiendo los gases exhalados en intervalos regulares. Si se detectan niveles elevados de hidrógeno, metano o sulfuro de hidrógeno, es probable que haya sobrecrecimiento bacteriano.
La prueba consiste en:
- Preparación: es muy importate que antes de realizar la recogida de las muestra de aliento que sigan unas consideraciones previas de ayuno, dieta, medicación, etc.
- Medición de la línea base: se toma una muestra de aliento inicial para establecer una línea base. Esto se hace para medir los niveles normales de gases en el aliento antes de la administración de lactulosa o glucosa.
- Ingestión del sustrato: se administra una solución de lactulosa o glucosa disuelta en agua.
- Toma de muestras de aliento: después de beber la solución, se tomarán muestras de aliento cada 25 minutos. También se evaluarán todos los síntomas que van apareciendo a medida que avanza la prueba.
- Los criterios recomendados para diagnosticar el SIBO incluyen detectar niveles de hidrógeno de 20 ppm por encima de la línea basal. Este incremento, debe de observarse dentro de los primeros 90 minutos tras consumir 50 g de glucosa o 10-25 g de lactitol.
El diagnóstico definitivo de SIBO se basa en una combinación de los resultados de la prueba de aliento, los síntomas del paciente y la evaluación clínica por parte del médico.
Análisis de gases específicos: hidrógeno, metano y sulfuro de hidrógeno
Cada tipo de gas está asociado a diferentes síntomas. Por ejemplo, el metano se vincula con el estreñimiento, mientras que el hidrógeno suele causar diarrea. Identificar el gas predominante ayuda a personalizar el tratamiento.
Hasta dónde conocemos, existen 3 clases de SIBO:
- De Hidrogeno o SIBO Clásico. Hay un aumento temprano durante la digestión de carbohidratos, principalmente hay proliferación excesiva de bacterias coliformes del colón y síntomas asociados a deposiciones líquidas.
- De Metano o IMO del inglés Intestinal Methanogen Overgrowth. Ocurre cuando se da sobrecrecimiento de archeas metanogénicas y los síntomas asociados son estreñimiento y obesidad
3. De Sulfato. Este tipo de SIBO aún está en líneas de investigación. Se caracteriza por un sobrecrecimiento de bacterias reductoras de sulfato y los síntomas asociados son gases con mal olor, diarrea, dolores generalizados, reflujo, reacciones a alimentos altos en sulfuro. El sulfuro de hidrógeno no se mide directamente en la prueba del aliento, pero se puede interpretar según la reducción de la detección de hidrógeno.
Endoscopia y aspirado de líquido intestinal
Aunque menos común, esta prueba permite obtener una muestra directa del intestino delgado para analizar la presencia de bacterias. Es más invasiva, pero también más precisa en ciertos casos. Consiste en la toma de una muestra durante una endoscopía superior para verificar si hay una infección en el intestino delgado.
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Limitaciones y precisión de las pruebas de diagnóstico del SIBO
- Glucosa: se absorbe rápidamente en el duodeno y el yeyuno.
- Si el sobrecrecimiento bacteriano ocupa la parte final del intestino delgado, la glucosa se reabsorbe antes y no llega a estar en contacto con las bacterias. Este hecho limita la sensibilidad de la prueba, con falsos negativos.
- Si el tránsito intestinal es muy rápido, la glucosa puede alcanzar el colon y ponerse en contacto con las bacterias del colon, produciendo falsos positivos.
- Lactitol: no se absorbe en el intestino delgado.
- Este sustrato identifica el contacto con bacterias tanto en el intestino delgado como en el colon. Por lo tanto, únicamente se interpreta que existe sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado si la concentración de hidrógeno en el aliento presenta un incremento temprano < 90 min. En el caso de un tráfico intestinal rápido, también se deben considerar los posibles falsos positivos debido a bacterias del colon.
La exactitud del diagnóstico de la prueba del aliento se mejora combinando las técnicas con una prueba independiente del tránsito orocecal por gammagrafía que consiste en utilizar los rayos gamma emitidos por isótopos radioactivos para crear imágenes de los órganos y tejidos internos del cuerpo.
Aunque en la mayoría de los casos el diagnóstico definitivo de SIBO se basa en una combinación de los resultados de la prueba de aliento, los síntomas del paciente y la evaluación clínica por parte del médico.
Ventajas y desventajas de la prueba del aliento
La desventaja principal es que durante la sobrecarga de (glucosa o lactulosa) el paaciente puede ver agravados los síntomas por lo que a veces no es necesario seguir con más sobracarga ya que da positivo en la primera hora.
Un resultado positivo puede sugerir un sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado, pero es importante tener en cuenta que el test puede proporcionar falsos negativos o falsos positivos. Por lo que el especialista ha de tener en cuenta la combinación del resultado de l test de aliento, los síntomas y evaluación clínica.
La ventaja principal de la realización de este tipo de prueba es que se trata de una prueba no invasiva principalmente, poco costosa para la sanidad y fácil de realizar siempre y cuando se lleven a cabo de forma correcta las indicaciones para su realización.
El papel del nutricionista en el diagnóstico y tratamiento del SIBO
Evaluación de los síntomas antes del diagnóstico
El nutricionista puede identificar patrones alimentarios que agravan los síntomas y recomendar pruebas específicas en función de las molestias reportadas.
Personalización de la dieta durante y después del tratamiento
Durante el tratamiento, dietas como la baja en FODMAP o la elemental pueden ser clave para reducir los síntomas. Una vez finalizado, es crucial reintroducir alimentos de forma gradual para restaurar la diversidad intestinal.
Prevención de recaídas mediante asesoramiento nutricional
El asesoramiento continuo permite evitar factores que puedan provocar una recaída del SIBO, asegurando una recuperación sostenible.
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Yolanda Gi
Nutricionista y fundadora de Clínica Nutrigilde, es experta en SIBO y te guía hacia una alimentación saludable y personalizada.
